El reverdecer de la ciénaga de Mallorquín, de la mano de Tecnoglass
Donó 30 mil plántulas.
El mangle es un arbusto que combate los huracanes, retiene el gas carbónico y se convierte en la sala cuna de muchas especies marinas.
Es según los expertos una de las maravillas botánicas de la naturaleza.
La ciénaga de Mallorquín que amortigua las aguas del río Magdalena, exactamente al lado del canal navegable en Bocas de Ceniza, se está convirtiendo en el foco de atención de la ciudad con la construcción de un parque palafítico que comprende una alameda de varios kilómetros que promete ser un punto clave en el crecimiento turístico de la ciudad.
En ese cuerpo de agua terminó este viernes uno de los procesos de siembra de mangle más grande del país.
30 mil plántulas donadas por la empresa Tecnoglass fueron sembradas por los propios pescadores de la zona quienes asesorados por la Corporación Autónoma Regional del Atlántico convirtieron esta jornada en un escenario transformador que ampliará el sistema ambiental existente.
Los barrios Las Flores y La Playa en los que la Fundación Tecnoglass ha afianzado su labor son los grandes beneficiados con este proyecto que reactiva la pesca en estas zonas con evidentes beneficios para sus comunidades.
La labor ambiental de Tecnoglass en Mallorquín busca aprovechar al máximo los elementos reciclables de la planta de producción de esta empresa multilatina, por ejemplo, los millares de cajones donde se siembran las plántulas para crear las islas de mangle provienen de los guacales donde vienen protegidos las toneladas de materias primas que usa la fábrica en el parque industrial de la avenidas circunvalar, a pocas cuadras de la ciénaga de Mallorquín en Barranquilla.
Es por ello que en este lugar se siembra vida en forma de mangle para crear entornos que generen seguridad alimentaria.